lunes, 21 de mayo de 2012

El lobo feroz



"(...) Lo que vi jamás se borrará de mi memoria: la faz del lobo era de una belleza indescriptible, la amplia bóveda de su cráneo, coronada por dos pequeñas y triangulares orejas, reflejaba una gran inteligencia; sus claros, serenos y profundos ojos, con iris del color del ámbar, miraban hacia mí con aire interrogante; sus firmes y vigorosos aplomos, su pelaje entre pardo y plateado y toda la armonía de sus formas superaban cuanto yo había visto en el mundo animal(...). Tan sigilosamente como había aparecido, la silueta del lobo se esfumó en el aguanieve del atardecer (...). Aquella tarde fría del mes de diciembre decidí que todo cuanto me habían contado del lobo era falso".

Félix Rodriguez de la Fuente.

Extraído del libro: Etología del lobo y del perro. Análisis e intrerpretación de su conducta .
David Nieto Maceín.

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