martes, 29 de octubre de 2013

Siluetas entre las manos





Los 200.000 amigos del lobo





"El miércoles fueron entregadas en Bruselas, por LOBO MARLEY y EQUO, las casi 200.000 firmas que respaldan un documento que pretende sea restaurada la racionalidad en nuestras relaciones con el lobo. Sensatez que además está amparada por normativas y leyes europeas y españolas. Tras una larga y dura campaña de recogida de adhesiones, fundamentalmente a través de las redes sociales, las autoridades europeas tienen ante si un claro manifiesto a favor de lo que ya se había conseguido. Es decir un sustancial incremento de la que siempre será una reducida población de lobos. La iniciativa pretende frenar el tremendo retroceso que supone el reavivar los odios ancestrales y convertir al predador en su contrario, es decir en chivo expiatorio. Acaso por la necesidad de distraer del verdadero problema que tienen los ganaderos, despojados de su dignidad por la no aplicación de las más elementales normas de la economía de mercado. El caso es que se les ha convencido de que su enemigo es el cánido salvaje. Se ha llegado incluso a la enormidad nada científica e ilegal de querer que provincias enteras, como Ávila, erradiquen hasta el último de estos carnívoros. Las administraciones locales y autonómicas propician en no poca medida el despropósito que, insisto, es el menor de los problemas de la ganadería de ese tercio del país donde puede que merodee todavía algún lobo.
La compatibilidad entre ganadería y lobos está más que demostrada. El control a través de una caza bien regulada todavía más. El auge del turismo zoológico con el lobo como protagonista también aconseja enterrar el hacha de guerra, es decir el veneno, los lazos, la caza furtiva y las falsas imputaciones. Porque todas esas ilegaldades, en preocupante auge, nos van robando lo poco que nos queda de lo verdaderamente bello y libre.
GRACIAS Y QUE LA VIDA TODAVÍA LIBRE Y SALVAJE OS ATALANTE."

                                         

Joaquín Araújo,  elmundo.es






lunes, 28 de octubre de 2013

La pastora.

Aunque visto de lana, no soy oveja.

Odín



( Salve Padre de todos, sabio Guerrero, 
vagabundo tuerto, ven y siéntate en mi fuego.
Cuéntame tus sabias historias,
Las imágenes que solo tu ojo perdido puede ver.
que eliges a los muertos,
mira en mis actos y cuando llegue la hora 
de reencontrarme en los cielos contigo,
deja que mi final merezca una canción.
Mientras tanto, permíteme sentir la emoción y la poesía, la furia y la alegría,
hazme comprender el sacrificio,
pensar largamente, recordar bien y viajar lejos.
Odín, sé testigo.)

martes, 22 de octubre de 2013

Queridos verdugos


"Nosotros paseamos orgullosos el desprecio y el temor que mana de lo único despreciable y temible. Y vosotros ¿Qué cosecháis de la servidumbre? ¿Os consuela la incesante creación de categorías? ¿Sirve de algo la limosna que cae de la mano que está asolando el mundo?
Apenas entendemos que sigáis llamando a lo que hacéis ganadería. Dependéis más de las fábricas que de los servicios gratuitos del paisaje. Nada os queda ya de un saber hacer milenario y os han convertido en mendigos de subvenciones. Ahora que los pastores estáis casi tan arrinconados como nosotros, los lobos, sería bueno recordar lo compatibles que podríamos ser. Porque solo la necesidad extrema nos lleva a la yugular del choto o del potro.
Con un poco de cuidado por vuestra parte apenas notarías nuestra presencia como sucede en la mayor parte de nuestros/vuestros dominios. A los que todavía cabe llamar naturales sin nosotros todavía los transitamos.
Pero no damos por perdida la batalla, por eso además nos parece oportuno recordar que es inmensamente más bella nuestra vida de proscritos que la vuestra de encerrados en y por los boletines del estado.
Nosotros triscamos soledades, cinco veces cada noche, para encontrar el sustento. Porque existimos para que la libertad tengo donde mirarse y para que, de vez en cuando, alguien se sienta de su verdadero tamaño cuando le cuenten que hubo un tiempo en que nada se entendía sin nuestro largo aullido, proclamando, en las largas noches de invierno, que la vida también se sostiene sobre leyendas como la nuestra."

Joaquín Araujo 

domingo, 20 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Una mirada al futuro?


 Quien sabe. Pero hoy se ha hecho entrega de las 200.000 firmas en el parlamento europeo para llamar la atención sobre lo que está sucediendo en Iberia con nuestros lobos.


Quizá echen la vista a un lado, o quizá sea un paso más para conservar esta especie y su entorno como merece. Pero eso no va a frenar a "La Manada" para defender lo que merece todo el respeto y la admiración.
Desde aquí, mi enhorabuena y apoyo a los que hoy están llevando nuestro aullido más allá del Pirineo.
¡Gracias!


lunes, 14 de octubre de 2013

Asturias, paraíso criminal.


La Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias propone abatir 66 ejemplares de lobo y retirar las crías de 2 camadas.

La directora de Recursos Naturales, Fina Álvarez, le trasladó ayer las intenciones del Gobierno regional al comité consultivo del Plan de Gestión del Lobo, que se reunió ayer en Oviedo. 

Esto unido a los que se podrán abatir en las denominadas "zonas libres de cánidos" supondrá que se puedan matar cerca de 90 lobos, lo que supone acabar con más de 1/3 población que se estima actual.

Lobos en Guadarrama


Hoy leía esta noticia y me encuentro menos solo.

Aún hay camino por recorrer y muchos obstáculos que sortear, a cada paso.

Respiro hondo y reúno el buen ánimo que esta noticia me da, para seguir acercando a todo el que sienta curiosidad, el atávico aullido de este fugitivo que huye y escapa, día a día de nuestra codicia infinita.
Y desde aquí, desde mi día a día, concederle todo el respeto y la admiración que merece.

Porque sobrevivir en este mundo de cemento y cristal como él lo hace, es para mí toda una enseñanza.

Larga vida, hermano.


¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento?


Discurso de  Suquamish Noah Sealth








"He allí el cielo que ha llorado lágrimas de compasión sobre mi pueblo durante incontables siglos y que, aunque nos pueda parecer inmutable y eterno, es cambiante. Hoy está despejado. Mañana puede estar cubierto de nubes.
Mis palabras son como las estrellas que nunca cambian. Cualquier cosa que diga Seattle, el gran jefe en Washington puede confiar en ello tanto como pueda confiar en el regreso del sol o de las estaciones.

El jefe blanco dice que el Gran Jefe en Washington nos envía saludos de amistad y buena voluntad. Esto es muy amable de su parte ya que sabemos que él necesita poco de nuestra amistad. Son muchas sus gentes. Son como la hierba que cubre vastas praderas. Mi gente es poca. Se asemejan a los pocos árboles que se encuentran esparcidos en una pradera azotada por una tormenta. 

El gran, y presumo, buen Jefe Blanco, dice que desea comprar nuestra tierra pero que, al mismo tiempo, nos deja suficiente para que vivamos confortablemente. Verdaderamente esto parece ser justo, y aún generoso, ya que el Hombre Rojo no tiene más derechos que él necesite respetar, y la oferta también parece ser sabia ya que no necesitamos más un territorio extenso.
Hubo un tiempo en el que nuestra gente cubría la tierra como las olas en un mar encrespado por el viento cubren el fondo cubierto de conchas, pero ese tiempo hace mucho que desapareció junto con la grandeza de las tribus que ahora son apenas un recuerdo doloroso. No trataré el tema, ni lloraré sobre eso, de nuestra desaparición a tiempo, ni voy a reprochar a mis hermanos cara pálida por haberla acelerado, porque también nosotros somos en algo responsables de ella.

La juventud es impulsiva. Cuando nuestros jóvenes se enojan con alguna injusticia real o imaginaria, y se desfiguran sus caras con pintura negra, denotan que sus corazones son negros, y que con frecuencia son crueles e implacables, y nuestros viejos y viejas son incapaces de moderarlos. Así siempre ha sido. Así fue cuando el hombre blanco empezó a empujar a nuestros antepasados hacia el oeste. Pero esperemos que nunca regresen las hostilidades entre nosotros. Tendríamos todo que perder y nada que ganar. Los jóvenes consideran como ganancia a la venganza, aún al costo de sus propias vidas, pero los hombres viejos que permanecen en casa en momentos de guerra, y las madres que tienen hijos que perder, saben que no es así.

Nuestro buen padre en Washington—ya que presumo que ahora es nuestro padre al igual que suyo, ya que el Rey George ha movido sus fronteras más hacia el norte—nuestro gran y buen padre, digo, nos envía el mensaje de que si hacemos como él desea, él nos protegerá. Sus bravos guerreros serán para nosotros como una erizada pared de fortaleza, y sus maravillosos barcos de guerra llenarán nuestros puertos, para que nuestros antiguos enemigos más al norte—los Haidas y Tsimshians, cesen de asustar a nuestras mujeres, niños, y viejos. Realmente él será nuestro padre y nosotros sus hijos.

Pero, ¿puede eso suceder alguna vez? ¡Su Dios no es nuestro Dios! ¡Su Dios ama a su gente y odia a la mía! Él pliega amorosamente sus fuertes brazos protectores alrededor del cara pálida y lo conduce por la mano como un padre conduce a un hijo infante. Pero, Él ha desamparado a Sus hijos Rojos, si realmente son Suyos. Nuestro Dios, el Gran Espíritu, parece que también nos ha abandonado. Su Dios hace que su gente se hagan más fuerte cada día. Pronto ellos llenarán todas las tierras.




Nuestra gente está menguando como una marea que retrocede rápidamente y que nunca regresará. El Dios del hombre blanco no puede amar a nuestra gente o Él los hubiera protegido. Ellos parecen huérfanos que no tienen donde buscar ayuda. ¿Cómo, entonces, podemos ser hermanos? ¿Cómo puede su Dios llegar a ser nuestro Dios y renovar nuestra prosperidad y despertar en nosotros sueños de una grandeza que regresa? Si tenemos un Padre Celestial común, Él debe estar parcializado, porque Él vino hacia Sus hijos cara pálida.
Nosotros nunca lo Vimos. Él les dió leyes pero no tuvo palabras para Sus niños rojos cuyas prolíficas multitudes una vez llenaban este vasto continente como las estrellas llenan el firmamento. No; somos dos razas diferentes con orígenes diferentes y destinos separados. Hay muy poco en común entre nosotros.

Para nosotros, las cenizas de nuestros antepasados son sagrados y su lugar de reposo es terreno reverenciado. Ustedes se alejan de las tumbas de sus antepasados y aparentemente sin pena. Su religión fue escrita sobre lápidas de piedra por el dedo de hierro de su Dios para que así ustedes no pudieran olvidar.

El Hombre Rojo nunca podría comprender o recordarlo. Nuestra religión es las tradiciones de nuestros antepasados, los sueños de nuestros hombres viejos, dados en las horas solemnes de la noche por el Gran Espíritu; y las visiones de nuestros jefes, y está escrito en los corazones de nuestra gente.

Sus muertos dejan de amarlos y la tierra natal tan pronto como pasan los portales de la tumba y vagan más allá de las estrellas. Ellos pronto son olvidados y nunca regresan.

Nuestros muertos nunca olvidan este hermoso mundo que les dió vida. Ellos todavía aman a sus verdes valles, sus rumorosos ríos, sus magníficas montañas, sus apartadas cañadas y lagos y bahías bordeados de verde, y siempre suspiran con un tierno y cariñoso afecto por los seres vivos de corazones solitarios, y con frecuencia regresan del feliz coto de caza para visitarlos, guiarlos, consolarlos, y confortarlos.

Día y noche no pueden convivir. El Hombre Rojo siempre ha rehuido los acercamientos del Hombre Blanco, como la neblina matutina huye antes que aparezca el sol de la mañana. Sin embargo, su proposición parece justa y creo que mi gente la aceptará y se retirará a la reservación que usted le ofrece. Entonces, viviremos separados en paz, ya que las palabras del Gran Jefe Blanco parecen ser las palabras de la naturaleza que habla a mi gente desde la densa oscuridad.

Importa poco donde pasemos el resto de nuestro días. No serán muchos. La noche del Indio promete ser oscura. Ni siquiera una simple estrella revolotea en su horizonte. Vientos de voz triste se lamentan en la distancia. Un triste destino parece estar en el camino del Hombre Rojo, y donde quiera escuchará los pasos que se aproximan de su cruel destructor y se prepara impasiblemente a enfrentar su destino, como hace el antílope herido que escucha los próximos pasos del cazador.

Una pocas lunas más, unos pocos inviernos más, y ninguno de los descendientes de los poderosos espíritus que alguna vez se movían por esta amplia tierra o vivían en hogares felices, protegidos por el Gran Espíritu, permanecerán para llorar sobre las tumbas de un pueblo que una vez fue más poderoso y con más esperanzas que el suyo.

Pero, ¿por qué debo llorar sobre el destino a tiempo de mi pueblo? Tribus siguen a tribus, y naciones siguen naciones, como las olas del mar. Es el órden de la naturaleza, y lamentarse es inútil. Su momento de decadencia puede estar distante, pero seguramente llegará, porque aún el Hombre Blanco cuyo Dios caminó y habló con él como amigo a otro, no puede estar exonerado del destino común. Puede que seamos hermanos, después de todo. Veremos.

Estudiaremos su proposición y cuando hayamos decidido, se lo haremos saber. Pero, si la aceptamos, yo aquí y ahora pongo esta condición, que no se nos niegue el privilegio, sin molestarnos, de visitar en cualquier momento las tumbas de nuestros ancestros, amigos, e hijos. Cada parte de este suelo es sagrado en la consideración de mi pueblo. Cada ladera, cada valle, cada pradera y huerto, ha sido consagrado por algún triste o feliz evento en días hace tiempo desaparecidos.

Aún las rocas, que parecen ser mudas y muertas ya que se tuestan en sol a lo largo de la costa silenciosa, llenas con memorias de eventos excitantes conectados con las vidas de mi gente, y el mismo polvo sobre el cual ustedes se encuentran responde con más amor a sus pisadas que a las suyas, debido a que ha sido enriquecido por la sangre de nuestros antepasados, y nuestros pies desnudos son conscientes del toque simpatético. Nuestros difuntos, bravos, amadas madres, alegres y felices doncellas, y aún los niños que vivieron aquí y se regocijaron aquí por una breve estación, amarán estas soledades sombrías y, durante la caída de la tarde, ellos recibirán a los tenebrosos espíritus que regresan.

Y, cuando el último Hombre Rojo haya perecido, y la memoria de mi tribu se haya convertido en un mito entre el Hombre Blanco, estas playas estarán repletas de los muertos invisibles de mi tribu, y cuando los hijos de sus hijos se crean solos en el campo, la tienda, el taller, en la carretera, o en el silencio de los bosques sin senderos, ellos no estarán solos. En toda la tierra no hay lugar dedicado a la soledad. En la noche, cuando las calles de sus ciudades y pueblos están silenciosas y ustedes creen que están desiertas, ellas estarán atestadas con los huéspedes que regresan y que una vez las llenaban y que todavía aman esta hermosa tierra. El Hombre Blanco nunca estará solo.

Que él sea justo y trate amablemente a mi gente, porque los muertos no son impotentes.
¿Muertos, dije? No hay muerte, solamente un cambio de mundos. 


 


domingo, 6 de octubre de 2013

Lobo ibérico. La persecución continúa.



"Un lobo ibérico (Canis lupus signatus) en libertad.
Fijaros en la mirada profunda que tiene. Naturaleza salvaje 100%.

Está fotografiado en las montañas de Riaño, en el límite con el PN de Picos de Europa.

Actualmente, este lugar es un zona de alta peligrosidad para los lobos, cachorros incluidos, que pueder ser matados legalmente durante estos meses (y hace unas semanas también en época de cría).


Aunque parezca difícil de entender, la persecución contra el lobo está volviendo con fuerza.

Como si estuviéramos a comienzos del siglo pasado."

(Extraído de esta web.)