miércoles, 15 de marzo de 2017

Perro tímido, miedoso o inseguro.


La timidez y el miedo en los perros proviene en las mayoría de los casos de la inseguridad, y puede ser causada por distintas circunstancias. Desde una mala socialización en la etapa de cachorro, alguna experiencia traumática, una predisposición genética o simplemente un liderazgo por parte del propietari@ poco claro e inestable.

Sea cual sea la causa de dicha inseguridad en el perro, es posible solucionar este comportamiento a través de pautas de conducta, constancia y mucha paciencia.

Los perros, al igual que el lobo, necesitan una jerarquía manifiesta donde exista un clima de confianza y seguridad que mantenga a la manada unida y equilibrada.
 El/la propietar@ debe asumir que la responsabilidad de crear ese clima recae prácticamente sobre su figura y su forma de gestionar las distintas situaciones diarias. Un/a propietari@ que no consiga dar esa seguridad y confianza, tendrá mayor posibilidad de tener problemas con su perro. Si un perro no siente que puede confiar en su dueñ@, difícilmente aprenderá a relajarse y a confiar en su entorno.

Para empezar a trabajar en ese objetivo es importante tener en cuenta una serie de puntos:

  1.  Tranquilo, firme y relajado: el perro siente el estado de animo del propietario. Si el dueño es inseguro y tiene miedo lo transmitirá al perro. Hay que confiar en uno mismo, ser positivo, optimista. 
  2.  "Nada es gratis”
    Comenzaremos con un programa de obediencia básica supervisado por un profesional (sienta, tumba, quieto, llamada, etc.). Estos ejercicios de obediencia ayudarán al propietario a reforzar la figura de autoridad sobre el perro y enseñarán al perro a confiar en su dueño.
  3.  Ejercicio y movimiento liberan al animal del estrés y generan confianza. Integra el ejercicio físico en su rutina diaria, así como largos paseos con su propietari@ tantas veces como se pueda. Un perro que ha liberado todas sus energías físicas esta mucho mas relajado también mentalmente. Nunca es demasiado tarde para socializar. Llévalo a todos lados: a pasear, de compras, con los amigos, a la playa, a la montaña. Esta es una buena forma de salir de la casa, conocer nuevos lugares, nuevas personas, y así ir ganando confianza en sí mismo.

  4. No premies el miedo. El consuelo espontáneo que nos sale a los humanos cuando vemos a otra persona en una situación adversa, no será esta vez un aliado en nuestro intento de ayudar a nuestro perro. No intentemos tranquilizar al perro con caricias y buenas palabras en una situación en la que el animal este en un estado de inestabilidad. El cariño y los mimos no son la prioridad en el mundo canino. Y mucho menos enviar el mensaje equivocado en una situación donde el perro no esté tranquilo. Estas "buenas palabras" o "caricias" no hacen más que agravar el problema, puesto que reforzamos una mala conducta.                                         En su lugar recompénsalo solamente cuando se muestra tranquilo y seguro. Y más cuando está en ese estado de tranquilidad y seguridad ante situaciones en las que antes mostraba miedo o inseguridad.

  5. Una situación conflictiva es una buena oportunidad para trabajar.                                    En general, tendemos a intentar evitar los conflictos cuando vamos acompañados de nuestro perro. Se piensa que como al perro le pueden ocasionar más miedo o inseguridad es mejor dejar de ponerlo ante dichas situaciones que lo provocan: si al perro le da miedo los autobuses, no acercarlo a ellos, si le da miedo el agua, no acercarlo al agua, si el perro se muestra inseguro ante desconocidos evitar los paseos por lugares públicos muy transitados, etc.
    La realidad es que los perros superan sus temores enfrentándose a ellos. De forma directa y firme y a poder ser, bajo la supervisión de un profesional, expondremos al perro a sus miedos e inseguridades, y a través de la acción, la repetición y las pautas concisas del profesional, el perro aprenderá a superar sus propios miedos e inseguridades.

  6. La repetición genera confianza. Haz que tu perro lo haga. Después haz que lo haga otra vez, y otra, y otra. Y después otra vez en un ambiente diferente. 100 veces, 200 veces, la repetición genera confianza. Pronto el perro se dará cuenta que lo que hace resulta familiar y seguirá haciéndolo porque lo que es familiar y conocido genera confianza.
     
  7. La mente sigue al cuerpo. Controla el lenguaje del cuerpo de tu perro y no permitas una postura sumisa. Cuando pides a tu perro un "sentado", no permitas una postura asustadiza. Busca una postura de confianza( cabeza en alto, el rabo no puede estar entre las patas,...)        La mente sigue al cuerpo y si el cuerpo muestra confianza, la mente hará lo mismo.