martes, 29 de noviembre de 2011

Gatos.



"El animal a quien los egipcios adoraban como a un dios, al que los romanos veneraban como símbolo de la libertad y que fue anatemizado por los europeos de la ignorante Edad Media, quienes lo tenían por un ser demoniaco, ha demostrado a lo largo de todas las épocas dos rasgos de carácter íntimamente mezclados: valor y dignidad. Y aun en circunstancias menos propicias, el gato siempre se ha distinguido por ambas características.



Si enfrentamos a un niño, a un cachorro y a un gatito a un peligro inminente, el niño buscará ayuda instintivamente, el cachorro se humillará con abyecta sumisión ante la amenaza que se cierne sobre él y el gatito aprestará su minúsculo cuerpo para plantear una resistencia desesperada. Separemos a un gato amante del lujo del ambiente social acomodado en el que por lo general se las arregla para vivir y observémoslo con ojo crítico sometido a las circunstancias adversas de la civilización . . . de esa civilización que puede incitar a un hombre a degradarse hasta el punto de vestirse con ropas llamativas y obscenas y hacer cabriolas en plena calle como un saltimbanqui, todo para ganar un puñado de monedas que lo mantengan en el lado respetable y no delictivo de la sociedad. El gato callejero de los suburbios, muerto de hambre, rechazado por todos, acosado, se pasea en medio de la adversidad con ese andar de pantera, atrevido y libre, con el que antaño transitara por los patios de los templos tebanos, y sigue haciendo gala de esa actitud atenta e independiente de la que el hombre no ha logrado enseñarle a prescindir.



Y cuando sus artimañas y astutos manejos no le bastan para apartar de sí un destino inexorable, cuando sus enemigos resultan ser demasiado fuertes y numerosos para su capacidad defensiva, el gato muere luchando hasta el final, estremecido por la rabia ahogada de quien domina el arte de la resistencia y dando voz en su alarido de muerte a la queja amarga y agónica que los animales humanos también han lanzado muchas veces contra los altos poderes; la última protesta contra un destino que, pudiendo haberles concedido la felicidad, se la ha negado."


Tomado de: Las mejores historias sobre gatos. Editorial Siruela. Madrid, 2005.

jueves, 2 de junio de 2011

Entre lobos



Ayer ví esta película que no deja de ser un cuento de niños y me intereso saber la verdadera historia de este "brutamonte" acogido por los lobos.

Y como siempre, la realidad es muchísimo más sobrecogedora que la ficción.

«Un día oí ruido detrás de unas rocas. Me acerqué y había unos lobeznos. Les fui a dar comida, a revolcarme con ellos… Vino la loba y lanzó un mordisco… Me fui… Un día estaba en la cueva y entró la loba. Yo me fui al fondo… Creía que me iba a comer… ¡Como antes me había atacado! Pero me dejó un trozo de carne… Me lo iba acercando… Y al final se acercó y la abracé… Y fueron confiando en mí. Yo les daba comida y jugaba con los lobeznos y poco a poco, así, fue como me fui convirtiendo en el jefe de la manada».




Enlaces relacionados:

http://www.youtube.com/watch?v=k9LDf1Ifnfs

http://www.elmundo.es/especiales/2010/04/cultura/entre_lobos/

lunes, 23 de mayo de 2011

sábado, 8 de enero de 2011

Todo un machote.



"El hombre moderno ya no ve en la naturaleza el sentido divino y se siente perfectamente libre de comportarse como un poderoso conquistador y tirano" Aldous Huxley