jueves, 5 de octubre de 2017

ASTURIAS: ¿Paraíso natural?

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Sr. Presidente Javier Fernández,

Le escribo para mostrarle mi profunda preocupación y firme rechazo ante la intención de su gobierno de eliminar totalmente al lobo ibérico de casi un tercio del territorio del Principado de Asturias, permitiendo y alentando además que sean cazadores particulares quienes libremente ejecuten esta medida.
La medida que su gobierno pretende poner en marcha contemplada en el “II Plan de Gestión del Lobo en Asturias” supone cruzar una línea roja en la persecución de la especie en España, y un retroceso histórico e inaceptable en la conservación de la naturaleza en nuestro país.
Ni el lobo supone amenaza alguna para la seguridad de las personas en las zonas donde está recolonizando ni ocasiona daños económicos que justifiquen tan desproporcionada intervención. Según datos del propio Principado de Asturias, los daños son mínimos y “nunca han alcanzado el 1% del censo ganadero regional, el número de explotaciones afectadas se ha situado en una media del 5% en los últimos años y el importe de los daños es inferior al 0,4% de la renta agraria regional”.  Además, este año los daños declarados al Principado y a Agroseguros se han reducido hasta un 40%.
Por eso promover el exterminio del lobo en regiones enteras de Asturias es una medida que carece de toda justificación y del más mínimo rigor científico y visión ecológica, y que sólo pretende acallar las presiones de los sectores ganaderos más radicales y garantizar su apoyo, como ya hemos visto en otras comunidades autónomas.
Pero además, permitir y alentar el exterminio de una especie como el lobo ibérico, protegido por la legislación europea y española, por parte de cazadores particulares, sin ningún control científico, autorizando la realización de batidas y la muerte ilimitada de adultos, hembras preñadas y cachorros, dentro y fuera de veda y sin presencia de guardería es, además de un despropósito, una medida manifiestamente ilegal.
Es lamentable que una comunidad autónoma que tiene en su naturaleza y biodiversidad uno de sus mayores activos turísticos y económicos y que un día fue referencia en España en el cuidado de su naturaleza, pueda adoptar ahora medidas tan retrógradas y alejadas de lo que la mayor parte de la sociedad reclama.
Por todo ello, apoyo la campaña de WWF y le pido que el Gobierno que preside reconsidere su decisión y paralice urgentemente esta medida antes de que entre en vigor el próximo 15 de septiembre.
Atentamente, @Elultimolobo.