martes, 22 de febrero de 2022

La Colina del Viento

 Cuando íbamos a la hoguera teníamos un juego.  Al atravesar aquel túnel, nos decíamos que era un portal del tiempo del mito.  Cuando pasábamos al otro lado, todo era idéntico, pero todo había cambiado de manera sutil; se había facilitado el acceso a los misterios y las categorías modernas, tan sentadas, ya no tenían cabida,  por fin podíamos ver las ancestralidades animales y fantásticas de nuestros cuerpos en la superficie, activadas justo allí bajo la piel. Entreveíamos los animales y los árboles en su forma auténtica, la de familiares ajenos.

Presentimos las posibilidades diplomáticas de un mundo vivo compartido.