sábado, 19 de diciembre de 2020

martes, 8 de diciembre de 2020

DEDICADO A UNA NIÑA

 


 Escucha niña, cuando te alaben llamándote bella,

o te humillen llamándote fea, no escuches a nadie.

Solo quieren encerrarte en el espejo de una soledad diferente.

Tú debes vivir, no debes agradar, la belleza está en la vida.

Cuando te leen Caperucita Roja, te quieren mostrar el miedo

de escoger por tí misma el camino.

Estate atenta, niña, los verdaderos lobos

son todos aquellos que matarán tu libertad.

Cuando te leen Blancanieves es para convertirte en sirvienta,

aunque sea de un hombre tonto y enano. 

¡Rebélate, niña !

Es humillante servir si no es un gesto recíproco.

Cuando te lean la Bella durmiente te están inyectando

un potente veneno para frenar tus ideas,

así, cuando seas mayor, un hombre sin muchos problemas será

dueño de tu cerebro. ¡No te duermas, niña!

Tu inteligencia les da miedo, por eso te llaman tonta.

Pero, cuando te dicen que eres inteligente,

no te fíes demasiado, niña, quieren quizás intentar que aceptes sus posturas interesadas.

Cuando te dicen que eres dulce y buena, ponte en guardia,

quieren decir que te tienen en el bolsillo y controlan los latidos de tu corazón. 

¿Eres dulce o te han domesticado ?

Cuando te dicen que eres pulida y ordenada, pobre niña,

estas ya enmohecida, han hecho de tí una estatuita

que no se ensucia porque no se mueve.

Cuando te enseñan a vivir triste, prueba la locura, niña.

El dolor es una realidad que se debe afrontar cuando se presenta,

no un valor sobre el cual edificar la vida.

Sobre nuestras rentas infelices demasiados hombres han vivido de renta. 

La felicidad es el mayor desafío. ¿Quién cree ya que es una utopía?

Mucha suerte, niña 

 

 María Teresa D´Antea

 

viernes, 30 de octubre de 2020

El anillo del Rey

 Un gran amigo, me regaló este anillo. Y su brillo, me acompañará toda mi vida.


 

Cuenta la leyenda, que un rey pidió a los sabios de su corte un anillo especial:

–Quiero que fabriquéis un anillo precioso y para ocultar en él un mensaje que pueda ayudarme en momentos de deses­peración. Ese mensaje ha de ser muy breve para poder inscribirlo.

Aquellos eruditos habían escrito grandes tratados, pero no sabían cómo darle un mensaje de dos o tres palabras que pudiera ayudar al rey en esos momentos en los que consideraba que esa ayuda podría marcar la diferencia.

 

El monarca tenía un anciano sirviente, que le dijo:

–No soy un sabio, ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas, porque lo compartió conmigo un sabio hace tiempo-.

El anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia: “No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando sientas que todo ha fracasado y no encuentres salida a tu situación”.

 

El momento llegó cuando el país fue invadido y el rey tuvo que huir a caballo para salvar la vida mientras sus enemigos le perseguían. Llegó a un lugar donde el camino se acababa al borde de un precipicio. Y entonces se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el siguiente mensaje: “Esto también pasará”.

Mientras leía aquella frase, los enemigos que le perseguían se perdieron en el bosque al errar el camino, y pronto dejó de oír el trote de los caballos. Tras aquel sobresalto, el rey logró reunir a su ejército y reconquistar el reino.

 

En la capital hubo una gran celebración que se prolongó durante varios días. El monarca quiso compartir la alegría con el anciano, a quien agradeció aquella providencial perla de sabiduría. Le contó cómo aquellas palabras le habían ayudado a no descubrir su posición o a no tirarse por aquel precipicio cuando todo parecía perdido.

El anciano, mientras sonreía porque entendía la alegría del rey, le pidió:

–Ahora vuelve a mirar el mensaje.

Al ver la cara de sorpresa del rey, que le costó ver la idoneidad de aquel momento para aquel mensaje, explicó: “No es solo para situaciones desesperadas, sino también para las placenteras. No es solo para cuando estás derrotado, también sirve cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”. Entonces, y solo entonces, comprendió la profundidad de aquellas palabras.

–Recuerda que todo lo circunstancial pasa, ya sea porque se queda atrás o porque te habitúas –le recordó el viejo sirviente–. Solo quedas tú, que permaneces por siempre.

“Todo en esta vida es temporal, así que, si las cosas van bien, disfrútalas porque no durarán para siempre. Y si las cosas van mal, no te preocupes, no van a durar para siempre tampoco”

-Anónimo-

 

 

viernes, 21 de febrero de 2020

Hábitos saludables.

"El corazón da cantidad de vida. El cerebro da calidad de vida"
 Valentín Fuster (prestigioso cardiólogo)

Una forma de darle importancia a la decisión de tener hábitos saludables.