martes, 29 de julio de 2008

Epitafio.

"Sólo espero que digan que crucé ríos, bosques, valles y mares. Qué subí montañas, y escuché la música de los astros.

Que robé el espíritu del viejo lobo que no se cansó de cazar.

Sólo espero que digan que estuve loco. Nada más. Con eso me vale.

Y cuando un día me vaya de este mundo, quemen mi cuerpo, junto con una moneda para Caronte y arrojen las cenizas al más profundo de los océanos.

Y si alguna vez cantan mi historia, cuenten que caminé entre gigantes".

miércoles, 23 de julio de 2008

A Penélope.

Cada vez que siento acercarse la orilla de mi tierra,
sueño con aquellos faros que me hacen naufragar y que no muestran el camino fácil para que se termine esta travesía o peor, esta agonía de querer llegar donde mi yo se completa.
Es una pesadilla.
Conjurados contra mí, algunos dioses me perturban los sentidos
queriendo hundirme en aguas que no son más que una constante duda.
Pienso que sólo es cuestión de días que eso ocurra.
Mi tripulación decae por momentos, cuestiona mi autoridad, mi ser y me veo envuelto en refriegas cada vez que tomo una decisión.
Al alba, Helio tarda cada vez más en levantarse, no veo signos de vida más allá de este azul laberíntico, circular, que se extiende imponente ante mis ojos, ni el blanco anunciador de tu orilla, guardado en el recuerdo de una risa.
Tampoco aparecen las gaviotas que huyeron hace tiempo de mi horizonte.
Navego sin rumbo, nadie trae vuelos que llenen de aire estas velas maltrechas.
Quiero vendavales que me insuflen el coraje del vuelo rasante de un albatros, da igual el destino.
Marfil torna mi barba con paciencia, el desaliento se apodera de mis músculos, no creo que vuelva a ver columnas dóricas, ni el oasis que se extiende más allá de sus faros o sobre todo, volver a quemarme con la ardiente arena de su cuerpo.
Mantengo la ilusión de errar en mi torpeza y lograr alcanzarte al amanecer de un nuevo día, viéndote despertar entre sedas y un dulce susurro de musa.
Cierro los ojos y dibujo con temblor tu perfil en el aire sobre el lienzo celeste, me pareció escucharte entre el canto de aquellas sirenas, pero no eras tú.
Por qué no puedo escapar, olvidar o perderme.... pero hacerlo contigo.

¿V?