miércoles, 18 de abril de 2012

Hasta la vista, Marvin II.


Aquí está, este pequeñajo que no tiene ni dos meses, disfrutando del sol de primavera.

Hoy, lo hizo por última vez.

Como cada día salió de paseo con su clan, pero hoy no volvió.

Maese Raposo decidió que sería la comida perfecta para su camada y decidió darle muerte y llevarlo a su guarida.


Que lástima.
A Marvin II, que fue un cabrito prematuro, tuvimos que ayudarle a mamar, darle biberón durante dos semanas y lo hemos visto crecer, corretar, brincar y engordar, cada día. Incluso empezaban a salirle ya sus cuernecillos.

Al mismo tiempo entiendo que es un sacrificio.

El precio que hay que pagar para poder seguir disfrutando de la presencia casi invisible del Maese, que se resiste simplemente a desaparecer y nos da una lección de supervivencia y adaptación, pese a lo complicado que se lo ponemos cada día.

No te guardo rencor, Maese, lo sabes bien. Admiro tu ingenio y tu perseverancia.
Pero te lo pondré un poco más difícil la próxima vez.
Soy humano, claro.

Es una insensatez no darle a los espíritus de la Naturaleza lo que es suyo. Lo que no les ofrezcas de buena gana, ellos sabrán arrebatártelo.

No hay comentarios: