lunes, 8 de junio de 2009

Se llamaba Circe...

Y poseía el rostro de todas las mujeres a las que había amado.



"Mi rebaño de amantes, mis leones,
mis tigres y gacelas, alces, renos,
amamantados todos a mis senos
antes de obrarse sus transformaciones.
Abandonadas las embarcaciones,
invadieron ingenuos mis terrenos
llegando a estar enteramente llenos
de sus deseos y mis seducciones.
Tal vez se diga que domé las fieras,
o bajé del instinto las barreras
trocando al ser humano en animal.
No envilecen al hombre sus instintos,
tan bellos, tan intensos, tan distintos,
sino la mente que concibe el mal."


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