Hoy leía esta noticia y me encuentro menos solo.
Aún hay camino por recorrer y muchos obstáculos que sortear, a cada paso.
Respiro hondo y reúno el buen ánimo que esta noticia me da, para seguir acercando a todo el que sienta curiosidad, el atávico aullido de este fugitivo que huye y escapa, día a día de nuestra codicia infinita.
Y desde aquí, desde mi día a día, concederle todo el respeto y la admiración que merece.
Porque sobrevivir en este mundo de cemento y cristal como él lo hace, es para mí toda una enseñanza.
Larga vida, hermano.
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